Peñalosa v.s ambientalistas
- Por: Camila Murcia. 8vo semestre
- 15 abr 2016
- 5 Min. de lectura
El proyecto de urbanización planteado por el Alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, tiene en alerta a varios sectores, sobre todo a los ambientalistas; ya que éste contempla parte de la reserva Thomas Van Der Hammen como un terreno para utilizar en su propuesta de urbanización de Bogotá.
Una ciudad sostenible, calidad de vida para los bogotanos y la reconexión de la reserva Thomas Van Der Hammen con los Cerros Orientales, es uno de los principales objetivos que tiene el alcalde Enrique Peñalosa, que recalcó al presentar su Plan Ciudad Paz el pasado miércoles 17 de febrero durante un foro organizado por la Universidad de los Andes y convocado por el Exministro de Ambiente Manuel Rodríguez, panelista también de dicho foro.
En él se plantearon distintas discusiones en torno al uso y la protección de la reserva, exponiendo claramente la postura del actual alcalde de Bogotá, el cual está absolutamente seguro que esta zona específicamente es la indicada para dar inicio a la construcción del ambicioso proyecto que pretende levantar más de 80.000 viviendas y habilitar, en un futuro no muy cercano más de 15.000 hectáreas de las cuales entrarían las 1400 hectáreas de la reserva, prometiendo un corredor ambiental de parques que permitirían por fin la reconexión perdida de los Cerros Orientales y el río Bogotá.
Peñalosa durante su intervención pidió conciencia para la toma de esta clase de decisiones que, según él, no tiene ningún motivo más allá del beneficiar a los bogotanos y las futuras generaciones, porque como lo recalco, “¿Cómo crecerá Bogotá? ¿Así es como quieren que vivan sus hijos? ¿Sin parques?”.
Deja sin duda alguna que este Plan se llevara a cabo y no será precisamente en el Centro Ampliado de Bogotá como le recordó Julio Carrioza, ambientalista de la Academia de Ciencias Exactas y Naturales, que casualmente fue uno de los integrantes del panel de expertos solicitado por el Ministerio de Ambiente en el año 1999, que finalizó su intervención explicando la creación de la reserva y que luego de la muerte de Thomas Van Der Hammen, participante también de dicho panel de expertos, fuera denominado como el “Gran conocedor de la Sabana de Bogotá”, adquiriera en honor su nombre.
La intervención del alcalde Peñalosa finalizó cuando éste se disponía a dejar el recinto recalcando que hace política para cumplir el sueño de una vida mejor para otros y, además, dejando en claro que él está abierto a recibir planes alternativos respecto a la propuesta y otros temas, siempre y cuando todos estos proyectos estén sustentados de la forma adecuada.

¿Cómo se creó la reserva?
En 1999 el Ministerio del Medio Ambiente propuso crear un corredor ecológico que fuera capaz de conectar los Cerros Orientales al Río Bogotá y los humedales ubicados en la sabana bogotana, que surgió debido a la sugerencia del mayor promotor de la reserva y a lo que se otorgó el honor de llevar su nombre, el científico holandés Thomas Van Der Hammen.
La conclusión de que dicha zona debía ser un patrimonio ecológico y cultural debido a sus características y valor ecológico a futuro. Conclusión que se reforzó bajo el marco legal del artículo 61 de la Ley 99, en la cual prima el interés en las zonas naturales como páramos, cerros, sistemas ecológicos, etc., para el tratamiento prioritario de forma forestal, y que se hace legítima cuando en el 2011 se expido por parte de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca CAR, un plan de manejo ambiental de la reserva, convirtiéndolo en patrimonio ecológico.
Esta reserva compuesta aproximadamente por 1,400 hectáreas queda ubicada al norte de la capital, sobre la sabana de Bogotá, entre las localidades de Suba y Usaquén. En su interior se puede encontrar el bosque de Las Mercedes, una zona vegetal del humedal La Conejera, humedales como el Torca y Guaymaral y la quebrada La Salistrosa, además de varios canales que alimentan al Río Bogotá, todo un ecosistema sostenible que a futuro podría ser el mayor parque de bosques naturales del mundo.
¿Que se está haciendo para defender la reserva?
En el programa radial, Otra Mirada, Fernando Gómez de la Red Ambiental de la reserva, explicó las tres iniciativas que se están adelantando para informar e impedir el plan de urbanización que el alcalde Enrique Peñalosa quiere realizar sobre el 90% del terreno de la reserva. La primera actividad ya se ha llevado a cabo, y se trató del Foro Nacional Ambiental, realizado en la Universidad de Los Andes el 17 de febrero, evento que tuvo entrada gratuita y trató los pro y los contra frente a la importancia de la Reserva Van Der Hammen y las amenazas que representa, no solo a nivel distrital, sino a un futuro en la política ambiental del país y la construcción de nuevas dinámicas sociales frente al tratamiento y acceso de los recursos naturales.
La segunda estrategia es una petición realizada al Consejo directivo de la CAR, para que bajo ninguna circunstancia se permita tocar esta riqueza y patrimonio ecológico que es la Van Der Hammen, que siendo una de las más protegidas y estudiadas ha demostrado que a futuro será un importante pulmón verde para Bogotá y el desarrollo de uno de los proyectos más ambiciosos en manos de Colombia para Latinoamérica. Finalmente, se han llevado a cabo salidas de reconocimiento con varias organizaciones ambientales con el fin de realizar un encuentro de experiencias en la Universidad de las Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA) para desarrollar nuevo material y reforzar el ya existente que ostenta gran cantidad de estudios que sostienen la importancia de ésta y el daño que se generaría al urbanizarla.
Aunque el sueño del alcalde Peñalosa sea convertir la reserva en un gran “Central Park”, sin nada que envidiar al Bosque de Boulogne de París o Los parques de Chapultepec en México, con corredores ambientales que conecten al occidente con el oriente, debería centrarse más bien en el Plan de Ordenamiento Territorial POT, con el fin de que a un largo plazo la ciudad pueda organizarse y sea sustentable y viable en cuanto a la vida en ella.
Además, hay que comenzar a pensar en la protección y cuidado de zonas abandonadas como la localidad 20 de Bogotá, Sumapaz, y por ende una gran fuente hídrica y ambiental su páramo, el tratamiento adecuado de recuperación para el Río Bogotá, el desarrollo de nuevos proyectos que impliquen la movilidad del ciudadano como un metro o la mejora en la calidad de transporte público que invite al ciudadano bogotano a usarlo y dejar en casa su vehículo particular, lo que sin lugar a dudas reduciría los interminables trancones.
Lo único claro es que el debate sigue abierto y el futuro no solo de la reserva es el que está en juego.
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