¿NEGLIGENCIA JUDICIAL?: JOVENES ESTARÍAN SIENDO JUZGADOS SIN PRUEBAS

El sábado 4 de enero de 2014 fue asesinado un joven de 16 años que llevaba por nombre Jairo Lizarazo; al momento de su fallecimiento, se encontraba en una buseta en el barrio Némesis de Compartir, Comuna uno del Municipio de Soacha, Cundinamarca, más exactamente a la altura del puente peatonal que se encuentra en la Autopista Sur con calle 13; según reportes entregados por la Policía del municipio y algunos pasajeros que se encontraban en el vehículo, durante el homicidio del menor, dos hombres ingresaron al colectivo, uno ingresó por la puerta superior llevando un arma corto punzante y el segundo por la puerta trasera con un arma de fuego.

Prosiguieron a hurtar los objetos de los pasajeros, Jairo se resistió al robo de su celular que recientemente había comprado y $140 mil que acaba de pedir prestados para terminar de surtir un local de hortalizas que hacía unos días había adquirido. Fue entonces cuando en el forcejeo, uno de los dos ladrones decide dispararle a Lizarazo.

El 10 de enero del mismo año, fueron capturados en Altos de Cazucá, Comuna cuatro de Soacha, alias “Guillo” un menor de 17 años y alias “Calzón” que para entonces tenía 19 años, acusados por el asesinato de Jairo Lizarazo.

Cristian Camilo Arellana Casas es el nombre legal del sujeto al que sindicaron como “Calzón”. Este fue detenido en su casa en un allanamiento que, según descripciones y observaciones de su familia, tuvo un mal procedimiento.

Sobre las dos y media de la mañana golpearon varias veces en casa de Arellana, la señora Yolanda Arellana -madre del susodicho- antes de proceder a abrir, observó por la ventana quien llamaba a la puerta:

-Mi mamá vio como a 20 uniformados, pero todos vestían de negro, ella pensó que eran los de millonarios, entonces no les abrió la puerta, y tumbaron la primera puerta con el porro; ya adentro, mi mamá hecho pasador, ellos pegaron cuatro porrazos, mi mamá abrió y nos botaron a todos al piso. Ahí cogieron a Cristian y no nos dejaban pasar. Mi otro hermano estaba tomando fotos y grabando como estaban haciendo el allanamiento porque estaba mal hecho, le quitaron el celular a mi hermano y le borraron todo, nos trataron mal. Nos revolcaron toda la casa, pedían que les diéramos el arma con la que supuestamente Cristian había asesinado al muchacho. -¿pero armas de dónde? explicó Arnold Arellana, sobre cómo fue exactamente el procedimiento para arrestar a Cristian Camilo.

Arellana Casas fue reclutado por el Ejército Nacional de Colombia para prestar servicio militar en el mes de octubre del 2012, en el municipio de Soacha, allí fue trasladado a Bogotá y posteriormente a Sarvena, Arauca, donde prestó su servicio hasta el 21 de diciembre de 2013, fecha en que salió de permiso para poder pasar las fechas especiales de navidad con su familia. El 2 de enero de 2014 el padre de Arellana, su madre Yolanda Arellana y Cristian salieron sobre las nueve de la mañana al barrio Venecia de la ciudad de Bogotá, a reclamar un dinero que le adeudaba, al que actualmente es el difunto Gustavo García, con ese dinero, aseveran Yolanda y Cindy Viviana -la entonces novia de Camilo- se fueron a viajar el padre, la madre, la novia y Arellana a la ciudad de Villavicencio, de lo cual la familia tiene pruebas fotográficas. Allí se hospedaron en casa de Olga Arellana, hermana de Yolanda.

El 04 de enero, día en que murió Jairo, realizaron varias actividades fuera de la casa de Olga; en la noche Cindy y Cristian se trasladaron junto con Angie, prima de Arellana, a la plaza central del pueblo para observar las luces de navidad. Posteriormente ingresaron en una heladería sobre las 9pm, según demuestra un video de seguridad del establecimiento, en el cual se ve ingresar a Cindy y a Angie, mientras un hombre se quedó de espaldas en la puerta esperándolas. Dicho hombre portaba, de acuerdo a lo que se alcanza divisar por la cámara, una bermuda de color beige, un camibuso de franjas de colores y una gorra roja. Descripción de prendas que coinciden con las prendas entregadas por Yolanda Arellan a la justicia, para comprobar la ropa que llevaba Camilo ese día; conforme detalla un documento legal con nombre “Acta de entrega de cámara fotográfica”, en el cual se especifica que “Las prendas de vestir se identifican como una bermuda de color beiges, con estampado de USA de color rojo y azul, un camibuso, manga corta de franjas y rayas blancas, negra y gris, una gorra roja negra con estampado de CHICAGO BULLS y visera negra”, elementos, que también aseveran el documento, le fueron entregados al investigador Henry Sogamoso.

Desde ese 10 de enero de 2014, Cristian Camilo se encuentra recluido en la cárcel la Picota acusado de homicidio en tercer grado y porte ilegal de armas; su caso ya prescribió, puesto que se vio afectado por los constantes paros judiciales que han causado el aplazamiento en repetidas ocasiones de sus audiencias. El alegato de vencimiento de términos del abogado fue denegado por tratarse de la muerte de un menor de edad. Tampoco se ha aceptado como prueba el video de la heladería, puesto que no se puede divisar claramente el rostro del hombre que se encontraba a la salida del establecimiento. Hasta hace apenas un mes y quince días se realizó la prueba de espejo, en el cual se compara la imagen de Cristian con las del video de seguridad.

La fiscal, según declaraciones de la familia de Arellan, sostiene como culpable del asesinato de Jairo a Cristian con dos primicias; un testigo que llamó a la línea de la policía para dar información de quien era el asesino de Lizarazo a cambio de una recompensa de $5 millones; y que el día de la captura de Camilo, se le encontró un celular nuevo que coincide con las descripciones del celular que portaba Jairo el día de su muerte. Yolanda asegura que ese celular lo compraron Gustavo y Cristian Camilo el 2 de enero, luego de reclamar el dinero en Venecia y poco antes de viajar a Villavicencio.

También afirma Yolanda Arrellan que hace un tiempo, la entonces juez encargada del caso de Camilo, lloró en una de las audiencias porque estaba segura que Cristian no había asesinado a Jairo, y que le dolía que no se pudiera demostrar la inocencia de Arellan. “Curiosamente”, plantea Yolanda, “al poco tiempo cambiaron la jueza, y al juez que está ahorita no le han mostrado las pruebas de los videos y las fotos, esperar a la audiencia”.

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