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Elecciones a la colombiana



Ya conocemos la expresión “el colombiano deja todo para la última hora”, y traerlo ahora no es para menos, porque las elecciones legislativas y consultas interpartidistas del pasado 11 de marzo se llevaron a cabo en ponderación a este dicho. No esta vez por los electores, sino por el lleve y traiga ente el registrador nacional, Juan Carlos Galindo, y el ministro de hacienda, Mauricio Cárdenas, todo en torno a la falta de tarjetones electorales de las consultas y al histórico, pero improvisado, uso de la fotocopia para superar la emergencia.


Lo cierto es que pasadas las 12:00, de ese día, colombianos de diferentes puntos de la geografía nacional denunciaban, a través de los medios, la falta de tarjetones para las consultas: unos pedían respeto por la democracia y su derecho al voto; otros, con alguna autoridad, aseguraban que el ‘castrochavismo’ ya estaba germinado en el país; y los optimistas, encontraron en la alta participación ciudadana una respuesta a lo que sucedía. Luego, se recurriría a la fotocopia del tarjetón de la consulta como una medida de contingencia que desde la Registraduría Nacional fue aprobada y, a posteriori, avalada por

los candidatos directamente afectados para hacer frente a la situación.


La bola se la empezaron a tirar con las inflamables declaraciones del registrador Galindo quien atribuyó la “prevista” falta de tarjetones debido a una “restricción presupuestal” por parte del Ministerio de Hacienda. Un par de minutos, por no decir al unísono, Mauricio Cárdenas afirmó que para este año “se destinó un 76% más de dinero del que se giró hace cuatro años”, además concluyó que a la Registraduría le fueron entregados los 26.450 millones de pesos solicitados para la impresión de 30 millones de tarjetones. “En ningún momento la Registraduría dijo que con estos recursos no se lograba el objetivo que ellos mismos fijaron como el adecuado, en función del número de electores”, agregó el funcionario.


El enredo se dio porque en las mesas de votación no hubo un tarjetón para cada consulta teniendo en cuenta el número de sufragantes habilitados; es decir, se debieron imprimir al menos 36 millones de tarjetones por cada consulta y no 15 millones como se realizó. Esto quiere decir que por parte de la Registraduría se asumió que gracias a unos análisis técnicos se calculó “que no habría una participación que superara los 15 millones por partido” y se tuvo como referencia la consulta interpartidista del partido Liberal en 2017, donde se tuvo tan solo una participación de 744.373 personas en toda Colombia.


Y después de recopilar las voces de esta novela, ¿quién es el responsable? ¿Cómo va la investigación por parte de la Contraloría Delegada para la Gestión Pública? ¿Qué medidas

se adoptarán para las próximas elecciones legislativas? Habrá que esperar, porque al final de la jornada el ministro del interior, Guillermo Rivera, dijo que los 30 millones de cartones electorales para las consultas eran suficientes, y que lo que ocurrió fue “un problema de distribución en cada una de las ciudades y puestos de votación”. Lo que se sabe por el momento es que la bola de nieve sigue creciendo, y que la Fiscalía y Procuraduría, una vez terminó la jornada electoral y se recopilarán todas las denuncias, adelantan investigaciones para esclarecer los hechos, y así, responder a los entes acusadores si hubo o no alguna irregularidad desde el punto de vista penal.


Estas elecciones a la colombiana quedaron expuestas ante la opinión pública. Sí, hasta el mismo Nicolás Maduro se valió de este descache para afirmar que nuestra jornada electoral

“parece un programa cómico”. Y es que sí la “prevista” falta de tarjetones era inminente por una “restricción presupuestal”, por qué se esperó hasta último momento para mirar qué se haría con esta eventualidad. ¿Por qué dejar todo para último minuto? Parece ser que esta costumbre tampoco le es indiferente a algunas entidades gubernamentales de Colombia.


De alguna manera, el uso de la fotocopia del cartón electoral pasará a ser parte de la historia de los comicios electorales del país y de más memes creativos ilustrando esta colombianada, lo que no puede seguir pasando es que procesos tan serios e importantes se manchen por falta de planeación, presupuesto y de responsables. Después del paso de los días, pareciera dilatarse el tema de declaración en declaración y la impunidad se proyecta apurada una vez más, claro, para dejarnos ver solamente la punta del iceberg cuando se aproxima una nueva jornada electoral. Con todo esto queda uno en las mismas, ojalá trascienda más allá de un jalón de orejas para los responsables.


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