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Creando perdón desde el Magdalena Medio

Las experiencias de poblaciones cercanas a la guerra dan lecciones de perdón para el resto del país.

¿Cómo lograr el perdón? ¿Cómo reconciliar cuando el daño ocasionado por la guerra ha sido tan grande? Estos son algunos de los cuestionamientos planteados por las profesoras de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de UNIMINUTO, Amparo Cadavid, Angélica Nieto y Lucía Bohórquez. En su ponencia “The role of communication in overcoming war and building peace,” presentaron una visión esperanzadora de cómo las poblaciones azotadas por la guerra trabajan para reparar los lazos rotos y seguir en el camino hacia la paz. Todo en el tercer día de la IAMCR (Conference of the International Association for Media and Communication Research) en el Centro de Convenciones Cartagena de Indias.


La investigación se hizo bajo la luz de uno de los proyectos de UNIMINUTO, el Campo de Innovación Educativa para la Reconciliación en el Magdalena Medio. Fue elaborada en los años 2015 y 2016 con el propósito de saber cómo las comunidades estaban preparadas para la fase de reconciliación y construcción de paz, de acuerdo al momento en el que se encontraba el proceso de paz en Colombia, especialmente en el Magdalena Medio, territorio marcado durante cuatro generaciones por el conflicto armado.


Uno de los primeros hallazgos, expuestos por Angélica Nieto, fue ver cómo el concepto de reconciliación ha sido tan polémico, para algunos es un imposible y para el Estado es una apuesta por la que vale la pena arriesgarse. Las prácticas relacionadas con este tema fueron difíciles de hallar. El equipo se centró en tres experiencias: la Asamblea Popular, el Comité Cívico del sur de Bolívar y la peregrinación de la Virgen de Chiquinquirá por el río Magdalena en el marco del proceso de paz.


La profesora Bohórquez compartió los resultados de la investigación. En primer lugar, se dieron cuenta de que el tejido de la comunidad empezó a remendarse “desde el diálogo, negociación y denuncia permanente,” afirmó. En estos procesos comunicativos en medio de la violencia, se fortalece la comunidad y el territorio. Esto se da al ponerse en contacto con los grupos armados y el gobierno y demuestra que puede implementarse en el futuro.


En palabras de Amparo Cadavid, este proyecto aporta “en crear condiciones para que los más afectados por la guerra tengan un espacio para expresarse por sí mismos y contarle al mundo lo que está pasando y cómo lo han vivido de igual a igual”. También mencionó cómo el concepto de reconciliación aún levanta ampolla y cómo permite exponer las maneras en que las prácticas muestran el aprendizaje y sabiduría de quienes han tenido que vivir en situaciones tan conflictivas.

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