Detrás del lápiz y la caricatura
Es fácil reconocer dentro de un periódico las famosas caricaturas que generan humor satírico y que de alguna manera ponen a analizar la realidad, tras estas se encuentran variedad de mentes creativas, sin embargo, solo Javier Alberto Barreto, caricaturista y docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, se atrevió a presentar, desde su talento, la realidad de los que comparten su oficio a través de su ponencia: Desde la ventana de mi casa puedo ver el mundo.
Por medio de esta propuesta Alberto Barreto, también conocido como Beto Barreto, intenta retratar epistemológicamente a un caricaturista y para esto se escoge a sí mismo, haciendo uso de metodologías autobiográficas, tomándolas como “una forma de traer la memoria”, para plasmar esto en su tesis doctoral.
“Entenderme para entender” es una de las herramientas que utilizó para lograr comprender los métodos que se juntan a la hora de ser caricaturista, tomando sus papeles en la vida (como padre, esposo y docente) para reflexionar sobre su trabajo.
Para la investigación evoca su historia retomando fragmentos de su programación cultural, es decir, influencias de medios, entre estos, el periódico El Tiempo, pues recuerda a su padre como alguien que siempre tuvo presente este periódico en su vida porque amaba estar informado. Por otro lado, también se apoya en personajes como Álvaro Salom Becerra, quien le demuestra que se puede entender la realidad desde el humor. Además, al ser Diseñador Gráfico egresado de la Universidad Nacional de Colombia tuvo gran influencia de este ambiente subversivo.
Retomando retazos de su vida, explica la estética de sus caricaturas ya que infiere que cada uno de los personajes que crea son un “Frankenstains” de todos los personajes inventados por los diferentes caricaturistas que marcaron su infancia, entre ellos: Ernesto Franco, Alberto Cabrera, Pepo y René Goscinny.
A partir de estas memorias explica el objetivo de su tesis pues comienza a hablar de Ernesto Franco, quien falleció el mismo día de su ponencia y que parte con una vida escasa de riquezas materiales, al igual que otros personajes que también ejemplifica.
Con esto empieza a desenvolver las desventajas de ser caricaturista en Colombia porque, aparte de que están emergidos en una cultura capitalista que los limita en su contenido, también tiene que competir con sus colegas para ser escogido por el editor de opinión que elige el producto final para el periódico El Tiempo, medio de comunicación en el que trabaja.
Finalmente esclarece que su intención es “generar un observatorio de la caricatura y el caricaturista” buscando garantizar políticas públicas, protección y estabilidad para los que se encarcelan en aquellas prisiones de 10cm x 11,5cm de espacio publicitario en los medios impresos.