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“La solución radica en castigar a los corruptos”, Claudia López


Archivo fotográfico Revista Tinta Negra

Claudia López, precandidata a la presidencia 2018 por el partido Alianza Verde, piensa que “el reto más grande que tiene la mujer colombiana es arriesgarse, es confiar en sus capacidades y entender que no estamos obligadas a tener unos estándares superiores a los de los hombres”. Cree que las mujeres deben tener una participación política, no por ser mujeres, sino por su condición de ciudadanas.


En su condición de Senadora de la Republica, ha propuesto proyectos de ley en el Congreso, como la Ley ProBici, la cual pretende promover prácticas saludables, instaurar una cultura de sostenibilidad ambiental y fomentar una política de movilidad alternativa.


Datéate hablo con Claudia López sobre la Consulta Anticorrupción que lidera actualmente, a propósito del especial de corrupción que salió en la Edición 41.


¿Por qué se ha dado con insistencia este fenómeno de corrupción en Colombia?


Claudia López: Porque la política en Colombia ha consistido en que unos políticos corruptos compran votos y así se elige; y el gobierno, a su vez, compra a esos mismos políticos que compraron votos. Además, en Colombia no existen castigos verdaderos que condenen este tipo de conductas que son de carácter local, regional y nacional.


No podemos romper ese círculo vicioso si no llevamos a alguien a la presidencia que no haya comprado un voto y que no esté dispuesto a comprar ni a un solo congresista. Ese tipo de políticos existen en todos los partidos, lo que pasa es que son minoría y terminan aplastados por la lógica de la compra-venta, la componenda y la mermelada.


¿Qué se puede hacer para que no se repitan año tras año los casos de corrupción?


CL: Para que la corrupción se acabe, se deben llevar a cabo iniciativas que empoderen a la sociedad, que exista una sociedad basada en una democracia representativa y participativa, en una ciudadanía muy activa, controlada, que elige meritocráticamente y entienda el poder que tiene su voto.


Adicionalmente, estamos liderando una Consulta Popular Anticorrupción porque este es el mayor problema de Colombia desde hace tiempo y parte de la solución radica en castigar a los corruptos, exigirles que rindan cuentas, que el presupuesto se discuta y priorice en audiencias públicas, que se limiten las reelecciones en las corporaciones públicas y que los ciudadanos ejerzan su control político sobre alcaldes, gobernadores y congresistas. Para lograr eso, necesitamos de aquí a finales de julio 5 millones de firmas y para 2018 más de 11 millones de votos en cada uno de los mandatos que queremos imponer; es la primera vez que se hace una consulta nacional y si bien tiene estándares muy altos, los vamos a lograr, porque son necesarios para nuestro país.


También proponemos una coalición ciudadana de acción colectiva de centro que modernice la economía, que saque adelante las fronteras, que invierta en educación y salud, que no compre votos y congresistas y que entienda que el voto es el arma más eficaz.


Suponiendo que es el procurador el encargado de estar pendiente de la transparencia de funcionarios públicos ¿por qué se siguen presentando casos?


CL: Hoy estamos en medio de una crisis de confianza y de legitimidad en las instituciones, principalmente por la carencia de liderazgos y por la presencia de corrupción generalizada en las altas cúpulas. Esto no es gratuito. ¿Cómo no estar en una situación de ese talante si hasta hace poco tuvimos como Procurador General de la Nación a Alejandro Ordóñez, un personaje que compró su relección y al que tocó destituirlo a la fuerza?


Por supuesto que el deber ser de ese cargo es garantizar la transparencia de los funcionarios públicos, es cumplir esa tarea de veedor del buen ejercicio de la democracia. Sin embargo yo también pregunto: ¿quién construye las instituciones? Los ciudadanos autónomos y empoderados que son los que eligen representantes, que no solo votan sino que vigilan, piden cuentas, proponen, movilizan. El día que eso se comprenda y se lleve a la realidad les entregaremos esos cargos a quienes están realmente dispuestos a cumplir con el deber ser.


¿Qué estrategias está teniendo en cuenta para que la Consulta Popular Anticorrupción sea efectiva?


CL: El primer objetivo que se debe cumplir con la Consulta Popular Anticorrupción es el de recolectar los 5 millones de firmas y conseguir los 11 millones de votos que nos propusimos. Para ello hemos convocado a voluntarios en todo el país, quienes pueden ayudar en actividades como recolección de firmas, investigación, donaciones en dinero o en especie, poner las planillas en su local u oficina, e incluso trabajando desde su casa. También hemos procurado facilitar todo el proceso de recolección y envío de firmas. El formato se puede descargar fácilmente por internet y tiene explicadas las siete medidas que consideramos indispensables para vencer la corrupción en el país. Y una vez que cada ciudadano haya recolectado las firmas puede enviarlo gratuitamente a través de cualquier sucursal de ENVÍA.


Ahora bien, cuando hayamos cumplido con esta meta podremos volver a llevar al Congreso nuestras propuestas y en ese momento ya no se podrán negar a aprobarlas, como lo han hecho en otras ocasiones. Y en caso de que así sucediera el Presidente estaría en potestad de expedirlas por decreto. Por eso que es que hemos trabajado muy duro en todo el país para recoger más de lo que nos exige la Registraduría y así estar seguros de que la consulta va a dar resultados.


¿Qué papel tienen los universitarios en la lucha anticorrupción?


CL: Los jóvenes deben tomar las riendas de este país, pues ellos conforman esta generación de paz que tanto nos costó alcanzar. Por eso estoy segura que la prioridad de los colombianos ahora es otra, es derrotar la corrupción y la politiquería que tanto han perjudicado a nuestro país. Yo pienso que los ciudadanos que hoy se movilizan colectivamente, a través de sus propios liderazgos, son los mismos que en un futuro podrán gobernar decentemente a este país, por eso hoy insistimos tanto en conformar una coalición ciudadana y no una coalición partidista, para que el día de mañana el país pueda progresar y quede en las mejores manos. Pero para que eso se garantice es necesario que las nuevas generaciones permanezcan unidas, voten, participen, aporten, critiquen o, mejor dicho, se involucren en los problemas de su país.


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