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Y si se iniciara una confrontación bélica entre EE. UU y Corea del Norte ¿Qué pasaría?


 

Desde que se inició toda una serie de amenazas e insultos entre los gobiernos de Estados Unidos y Corea del Norte, las alertas mundiales de diferentes organizaciones y organismos multilaterales no han cesado en aconsejar postura y diplomacia ante una posible guerra internacional. La Organización de las Naciones Unidas, ONU, ha sido una de ellas y, paradójicamente, la condena de varios países a dichas provocaciones, más que todo del país asiático, no han surtido efecto inmediato. Por otro lado, Trump ha mostrado, desde su llegada al poder norteamericano, predisposición a contestar a dichas conjeturas.


De lo anterior, por diversos medios masivos, se ha llegado a afirmar que la humanidad podría estar entrando a una cada vez menos utópica Tercera Guerra Mundial. Pero, ¿cómo sería dicho acontecimiento si llegara a suceder?, ¿Qué repercusiones tendría para Colombia? DATÉATE habló con Miguel Gomis Balestreri, Magister en estudios políticos y doctor en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, sobre lo que sería la posible confrontación y el papel de Colombia en dicho suceso.


¿Por qué se dan estas escaladas conflictivas entre EE. UU y Corea del Norte?


Miguel Gomis Balestreri. Para analizar el porqué de estos sucesos es necesario comprender un componente histórico intrínseco. Acabada la Segunda Guerra Mundial y empezado ese largo proceso de mismas provocaciones y amenazas entre la extinta URSS y la nueva potencia, Estados Unidos, en lo que se conoce como La Guerra Fría, esta última, la unión americana, trató de expandir su sistema económico capitalista hasta la península asiática. El hecho radica en que la URSS y su sistema económico fueron acogidos en Corea del Norte mientras que Corea del Sur acogió a los EE.UU. Partiendo de allí, a pesar de que la unión comunista de la URSS se haya extinto, se podría decir que un ‘’chip’’ ideológico aún recorre el territorio norcoreano y esa es la razón por la que constantemente amenaza militarmente tanto a su vecina, Corea del Sur, como a la cabeza del capitalismo occidental: Los Estados Unidos de América.


¿Cuál sería el paso definitivo para iniciar una confrontación militar entre ambos países?


M.G.B. Es paradójico, desde mi análisis, que después de tantas amenazas y violaciones al derecho internacional por parte de Corea del Norte, aún se tenga cierta compostura frente a dichas provocaciones. No hay que decir obviamente que es únicamente provocación del gobierno populista asiático, porque EE.UU. con sus políticas intervencionistas también amenaza la estabilidad mundial. Es lo que conocemos como una acción – reacción. Pero, desde mi punto de vista y teniendo en cuenta que ya se han presentado situaciones que se podrían definir como dicho paso definitivo, diría que el propio podría ser con un enfrentamiento entre los mismos vecinos, Corea del Norte y Corea del Sur, que inste a los EE.UU. a querer salvaguardar sus intenciones de mercado con el país del sur. Hay que fijarse también en que el mercado, a lo largo del tiempo, tiene voz y voto en estas disputas. Del mismo modo, con tanta experimentación de misiles que adelanta el régimen de Pyongyang, un paso definitivo podría devenir de una grave equivocación, al manipular estos contenidos explosivos, que involucre la vida de civiles de países cercanos. Las posibilidades y sus formas son grandes.


¿Clasificaría dicha confrontación como la tan famosa Tercera Guerra Mundial?


M.G.B. Para comenzar una confrontación como tal, un requerimiento sería contar con aliados fundamentales. EE. UU los tiene, pero Corea del Norte pareciera estar solo. No se puede decir que Rusia los apoyaría como se suele decir popularmente teniendo en cuenta el pasado comunista que los ata, pero son cosas que al gobierno de Putin no le podrían interesar demasiado. Por el lado chino, la situación podría ser diferente. De ser así, pienso que sí se podría hablar de una Tercera Guerra Mundial desde el ámbito de las alianzas y relaciones que se puedan tener frente al problema dado, pero, por otro lado, no se podría hablar desde el funcionamiento del material armamentístico de cada bando. ¿Por qué? Fácil: porque ambos bandos saben que se irían a la destrucción masiva mutua y probablemente de la humanidad. Son cuestiones muy complejas como mantener el conflicto y, al tiempo, en el caso de Corea del Norte, mantener la relación hostil con un enemigo histórico sin recurrir a la destrucción como planteé. Es más, el mismo nombre de ‘’Guerra’’ es utópico para utilizarlo teniendo en cuenta lo anterior.


¿Cómo se manejaría la economía internacional, en tal caso?


M.G.B: Esta pregunta daría para responderla en dos ámbitos: uno externo, internacional, y otro interno, dentro de los países. Hay un término fundamental manejado en un libro del autor Erik Hosbawn llamado Historia del Siglo XX que relata sucesos como las dos guerras mundiales y de qué manera los países en confrontación asumieron sus políticas económicas en dado caso. Resulta que, a nivel interno, los países involucrados deben vérselas con algo denominado Economía de Guerra que no es más que la respuesta a cómo hacer manejable y potente al tiempo la guerra dentro de la sociedad. Para ello se debe recurrir a estrictas políticas de trabajo internas que involucren producción masiva de ropa, comida y armamento en pro de hacer sostenible la situación bélica. La sociedad civil, casi que por completo, es la que debe sortear con estas medidas. A nivel internacional, me atrevería a decir que entre más aliados consigan ambos bandos, más restricciones en las aduanas de los involucrados se levantarían. El comercio es fundamental hoy día y en situaciones como la planteada, el comercio también podría ser una buena estrategia de ataque sorpresivo. Hay algo importante, los países productores de materias primas como los suramericanos son claves en este punto.


¿Cuál sería el rol de Colombia?


M.G.B: Hay aquí algo claro: Latinoamérica, en su gran mayoría, responde a las lógicas mercantilistas norteamericanas. De allí se presupone un gran número de objetividades, una de ellas que son aliados al tiempo de la unión americana. Siendo así, y en consideración con las mismas alianzas de Colombia con los EE.UU. contra el narcotráfico y demás problemas sociales del país latino, se sabría casi con certeza que Colombia se configuraría como aliado del país norteamericano. Ahora, en cuanto a su papel, es básico y primario entenderlo: productor y exportador de materias primas. Hay que recordar la economía de guerra de la pregunta anterior.


Desde su opinión, ¿Cuál es la postura que Colombia debería asumir y qué implicaciones traería?


M.G.B: Pienso que es un dilema: está la ayuda por obligación diplomática y la no ayuda por el temor a represalias contra el mismo país. Al estar aliados se simboliza que son uno de igual forma y al ser uno, daría igual desatar un ataque enemigo en Bogotá que en Washington. Debido a ello, creería que la mejor alternativa no radica en si se debe involucrar o no, sino en el uso de mecanismos diplomáticos y de buenas relaciones. Lo ideal es la no involucración y de ello se derivan una serie de buenas relaciones multilaterales como ya dije. Finalmente, concluiría con que en un contexto internacional como el actual, no se deberían presentar estas situaciones. Corea del Norte debe bajar sus provocaciones y EE.UU. no caer en dichas trampas y viceversa. Del mismo modo una Tercera Guerra Mundial no es factible desde ningún punto; no lo es por la sencilla razón de que la tecnología no es la misma de hace 50 años, la destrucción humana sería el punto final.

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