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Crónica de una latina que estuvo en la posesión de Donald Trump


Un viernes de tensión y miedo fue el que vivieron millones de personas indocumentadas. El 20 de enero de 2017, una de las fechas más inesperadas por la mayoría de inmigrantes ilegales residentes en Estados Unidos. La tensión fue a causa de la posesión de Donald Trump como presidente en la Casa Blanca de Washington D.C.


El día comenzó. Parecía que el cielo iba a predecir lo que iba a pasar, en invierno, pero con clima veraniego, Miami amanece triste, con ganas de llover. Los medios de comunicación latinos como Univisión, Telemundo, entre otros, transmitieron en vivo cómo se vivió la posesión. Algunos reporteros, desde varias ciudades americanas, transmitían la reacción del pueblo, notoriamente el descontento de las personas se evidenció en Washington, puesto que no hubo gran participación ciudadana dentro de la posesión, hubo muy pocos espectadores a comparación con la toma de posesión del ex presidente Barack Obama.


Unos alegres por la llegada del Magnate a la presidencia, pero otros tristes y angustiados, ya que entendían los cambios por los que pasaría el país. Cambios que el mismo Donald Trump en su campaña electoral mencionó:

  1. Construir un muro en la frontera con México y que ese país pague por él

  2. Cero tolerancia con los indocumentados que han cometido algún crimen. Deportarlos inmediatamente.

  3. Triplicar el número de oficiales de deportación y terminar con ciudades santuario.

  4. Derogar DAPA Deferred Action for Parents of Americans en español” Acción Diferida para los padres de los estadounidenses y residentes legales permanentes Y DACA “Deferred Action for Childhood Arrivals” en español Acción Diferida para los Llegados en la Infancia.

  5. Hacer un “chequeo extremo” de los inmigrantes. Prohibir la entrada de refugiados de Siria y Libia.

  6. Completar el sistema de rastreo biométrico de entrada y salida de quienes ingresan al país con visa.


Propuestas que evidencian un gran desfavorecimiento a las familias de inmigrantes que han trabajado, no solamente por cumplir un sueño americano, sino que han ayudado a construir el Estados Unidos que hay ahora.


Al día siguiente de la posesión presidencial, se llevó a cabo la marcha más polémica del presente año en el país. Más de dos millones de mujeres se reunieron a marchar, inclusive hubo apoyo de ciudades extranjeras como Londres, Inglaterra; Paris, Francia, entre otros, para demostrar la inconformidad que sienten hacia el Presidente Donald Trump, por la forma en la que habla de la mujer y el derecho que les ha quitado para tomar decisiones sobre su propio cuerpo, como la prohibición del aborto.


Después de dos meses de mandato, así se vive en las calles de Estados Unidos.

Lucia Urrea, inmigrante latinoamericana, lleva 7 años radicada en Miami, cuenta cómo no solamente cambió la forma política del país, sino el pensamiento de las personas,,“he visto muchos cambios en la seguridad del país, especialmente acá en Miami, aumentó la presencia de policía, el año pasado era normal ver un policía en una avenida principal, hoy en día en cada esquina hay una patrulla, yo vivo aterrorizada y como acá es obligatorio manejar porque casi no hay transporte público, para mi es difícil vivir esta situación, ya no vivo tranquila.


Yo deje de ir a la playa, que era uno de mis lugares favoritos, por el miedo de encontrarme a la policía migratoria, personalmente prefiero no salir. Pero no solamente eso, la gente vive con miedo, en los centros comerciales ya no hay el mismo flujo de personas como antes, las personas prefieren quedarse en sus casas. Uno de los casos que más me llamó la atención es que varios de mis amigos prefieren no mandar a sus hijos a la escuela por temor a que les hagan Bullying y los detengan para buscar a sus padres”.


Por otro lado, están los americanos que dicen “Hagamos de Estados Unidos un gran país de nuevo - "Make America Great Again” apoyan las propuestas del Presidente Donald Trump y buscan que Estados Unidos sea únicamente para americanos. Aunque en las calles también se encuentran Latinos residentes aprobando y apoyando al presidente electo, por medio de stickers en sus autos, camisas con el eslogan presidencial de Trump, entre otros.


Lucia, la inmigrante colombiana expresa “Los americanos adoran a Trump porque él tiene palabra, va a arreglar el país, yo trato de hacer el bien, pago mis impuestos. Pero los americanos comentan que muchos latinos inmigrantes vienen solo a dañar el país, ya que la mayoría no pagan impuestos, además de estar de acuerdo con sacar los latinos del país y construir el muro. Sin embargo, muchos latinos que son ciudadanos americanos y con los que he tenido la oportunidad de hablar, hablan muy bien de Trump”.


Anualmente, más de tres millones de inmigrantes cruzan la frontera de México – Estados Unidos. Los inmigrantes de México representan al menos el 75% de la población inmigrante indocumentada del total de Latinos. Para entonces 100.000 visas ya han sido revocadas, varios residentes y turistas han sido detenidos en los aeropuertos y deportados.


Muchos inmigrantes han tomado la decisión de irse voluntariamente, vendieron todas sus pertenencias y con su pasaporte, abordaron el primer vuelo hacia su país. Otros decidieron devolverse por la frontera mexicana, en sus carros y con todas las pertenencias que lograron pasar. Esta no es solamente una problemática para inmigrantes Latinoamericanos, sino también de distintos países, entre los más afectados, los musulmanes.


Aunque exista mucho temor en las calles, algunos inmigrantes continúan luchando para permanecer en Estados Unidos y por extraño que parezca, aquel temor no equivale a no aceptar a Donald Trump como presidente, pues Lucia dice estar de acuerdo con su política de deportar solamente a los inmigrantes con antecedentes criminales, y dejar a las personas que pagan impuestos, aquellas que, como ella, no le hacen ningún daño al país.


Por el contrario, dice estar a gusto en Miami, y no pretende volver a Colombia, pues explica que la tranquilidad con la que vive, a pesar de lo que ha experimentado últimamente, no la consigue en su país natal. “Amo este país y quiero quedarme aquí”.

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